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“Estamos a favor de que las mujeres puedan tomar una decisión acerca de sus vidas y sus cuerpos”

Una mirada hacia la restricción de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Comenta Liz Meléndez. Socióloga, feminista y Directora del Centro Flora Tristán.

Publicado: 2016-05-24

Imagen titular perteneciente a CrónicaViva

Durante los últimos años, se ha intensificado la discusión sobre la despenalización del aborto en casos de que el embarazo sea producto de una violación. La iniciativa fue llamada a replantear, ya que, al haber sido archivada por el Congreso en Noviembre del año pasado, casi cuatro meses después, fue debatida la propuesta de reconsiderar nuevamente el proyecto de ley que, finalmente, fue rechazada por la Comisión de Constitución del Congreso, la cual se archivó con siete votos en contra y donde, la mayoría de estos, provenían de la bancada fujimorista. 

El Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán respaldó esta iniciativa ciudadana, así como, durante sus 38 años de vida institucional ha ido luchando contra las restricciones de la libertad y derechos de la mujer. La directora del Centro Flora Tristán, Liz Meléndez, comentó lo que representa el archivamiento de esta propuesta, así como la posible modificación de la ley y la situación de los derechos de las mujeres en la actualidad.  


¿Podrías hablarme sobre ti y qué busca el centro Flora Tristán?
Yo soy socióloga. Soy directora del centro Flora Tristán hace unos tres años. Soy feminista, especializada en derechos de las mujeres y especialmente en el tema de violencia hacia las mujeres desde mi experiencia laboral y ahora dirijo el centro de la mujer peruana Flora Tristán, que es una organización feminista, que tiene más de 38 años de existencia y que, justamente, su labor es enfrentar las causas estructurales que restringen u obstaculizan el ejercicio de ciudadanía de las mujeres y para eso se abordan diferentes líneas como es la lucha en contra de la violencia, los derechos humanos de las mujeres, la lucha contra la discriminación, los derechos sexuales y reproductivos, la participación política y el desarrollo de las mujeres indígenas amazónicas y del ámbito rural.
¿Cómo y qué tipo de campañas apoya el movimiento feminista y, en concreto, Flora Tristán?
Más que campañas, son programas. Áreas temáticas en las cuales trabajamos desde hace tiempo y que hemos estado orientando para que se disminuyan los factores de discriminación contra las mujeres. La participación política es uno de nuestros programas como institución y es, básicamente, trabajar para mejorar las condiciones de la participación política de las mujeres; trabajamos por normas favorables a la participación, no desde ahora si no desde hace muchos dándole vigilancia a lo que es la ley de cuotas y ahora estamos tras la propuesta de dos proyectos legislativos: sanción al acoso político a las mujeres y alternancia de género, en materia de participación política. Y en derechos sexuales y reproductivos, somos parte de la articulación que impulsa el proceso de la iniciativa ciudadana que propuso la despenalización del aborto en casos de violación sexual. Una campaña que se llama “Déjala Decidir” y que impulsó el debate durante los últimos tres años colocando el tema en la agenda política y pública.
¿Esa campaña se origina aquí? 

Esa campaña nace de la alianza de organizaciones como Flora Tristán, Manuela Ramos, Demus, Promsex y Católicas por el derecho a decidir. Nos sentamos a pensar que se podía hacer para que se pueda despenalizar el aborto en casos de violación y decidimos tomar la vía de la iniciativa ciudadana, que fue el proceso de recolección de firmas para que esta causal de aborto se despenalice. Es así como llega al Congreso de la República con un soporte de más de 64 000 firmas y pasa a las discusiones en las comisiones hasta que, finalmente, se archiva en la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, lamentablemente.

Liz Melendez en apoyo a la campaña "dejala decidir"
fotografia: sandra reyes martinez/ spacio libre 

¿Consideras que el haber archivado el proyecto de despenalización del aborto en casos de violación es un retroceso en la sociedad?
No solo sería un estancamiento en cuánto a los derechos de las mujeres y los derechos reproductivos, estaríamos teniendo un retroceso. Y no solamente con una figura que no existía, sino que además se estaría tratando de hacer efectiva una pena poniéndola como trabajo comunitario. Nosotras señalamos ayer, en una conferencia de prensa, que es una burla, porque ha habido, en los últimos años, una demanda de discusión para que se despenalice el aborto por esta causa y lo que hacen es cambiar la pena. Con esto expondrían a las mujeres, no solo a la clandestinidad, sino que pasen por todo lo que es un proceso judicial y tener antecedentes penales.
Hace poco hubo una solicitud para que se reconsidere el proyecto archivado…
Fue un dictamen que envió Veronika Mendoza para que se reconsidere el archivamiento y hay que recordar que fue una mayoría fujimorista quien más se ha movido en contra del aborto en casos de violación sexual y en contra de diversas iniciativas legislativas que pueden ayudar a alcanzar mayor igualdad entre mujeres y hombres.
¿Qué piensas de que haya sido el fujimorismo en su mayoría quienes rechazaron la reconsideración de despenalizar el aborto en casos de violación?

La costumbre fujimorista ha sido usar el tema de los derechos de las mujeres para ganar de forma populista votos y seguidores. Lamentaríamos muchísimo que el fujimorismo regrese al poder con toda la historia de corrupción y violación a los derechos humanos que tiene. Nuestra democracia todavía es bastante débil y el regreso del fujimorismo no solamente tiene que ver como un tema de riesgo frente a la corrupción si no debilitar la poca institucionalidad democrática que tenemos. Muchas personas podrían decir que Keiko se convertiría en la primera presidente mujer. Nosotras promovemos la participación política de las mujeres, sin embargo (Fuerza Popular) no representa las demandas del movimiento de mujeres, ni del movimiento feminista y, más bien, el régimen fujimorista siempre ha representado un riesgo para la estabilidad democrática y los derechos de las mujeres. [...] son estos partidos los que están vinculados a iglesias, a los grupos más recalcitrantes de las iglesias y la religión no tiene por qué mezclarse con el Estado. Esta es una de las grandes exigencias que se han hecho: la obligatoriedad de los legisladores de tomar sus propias decisiones y crear o aprobar las normas en el margen de un estado laico respetando el principio de neutralidad estatal, cosa que no se ha hecho. No me sorprende que sea la bancada fujimorista porque tienen una historia en contra de los cambios a favor en la igualdad, en realidad. Su abordaje en los temas de igualdad y de violencia hacia las mujeres es bastante conservador y bastante populista, además con una serie de argumentos inventados. 

En la práctica, ¿no somos un estado laico?
Según la constitución sí, pero en la práctica, hay evidencia de una fuerte influencia de los discursos y de las creencias de determinados grupos religiosos en las normas, en la aprobación derogación y creación de normas que resultan una controversia para este grupo de la población. En el tema de derechos reproductivos, creo que es un tema que evidentemente puede ser muy chocante para buena parte de la población. Recordemos que una de las discriminaciones más históricas que han sufrido las mujeres es el de que su cuerpo ha sido destinado para la creación. Que se piense que la mujer puede decidir no continuar con ese rol o hacerlo es lo que quiebra el estatus quo social y convierte a una mujer en un ser que debe ser sancionado por salir de ese status quo y está decidiendo sobre su propio cuerpo. 
Si el parlamento es representación popular, ¿El hecho de que se haya archivado la consideración de despenalizar el aborto en casos de violación es una reacción a lo que el pueblo prefiere sobre el tema?
En realidad, según una última encuesta que nosotras hicimos, más del 80% de personas no estaría de acuerdo con que una mujer violada vaya a la cárcel por haber abortado por causa de esta violación. Eso de que la mayoría no está de acuerdo no es cierto. En segundo lugar, no se puede legislar en base a consensos de toda una población porque los derechos no obedecen a consensos. Si hubiéramos sometido los derechos de las mujeres a consensos, estaríamos, todavía, sin poder votar.
¿Es este caso es una muestra de falta de democracia?
Los legisladores no están obrando en función a lo que la población quiere, sino a lo que sus creencias le dicen, o a sus proyectos políticos, a sus propias oposiciones. No es que los legisladores den la voz popular. Los que legislan y actuan, muchos de ellos, lo hacen en función a sus propias creencias religiosas olvidándose que estamos en un Estado laico, en función a sus propios acuerdos políticos o en función a una serie de situaciones que nada tienen que ver con el bienestar general. Evidentemente no es una actitud democrática. La tendencia en los países de la región y la tendencia en los países democráticos es, efectivamente, a que el aborto, por diferentes causales, pero más aún en casos de violación sexual, se despenalice.
Se está proponiendo una modificación en la ley con respecto al aborto en casos de violación. ¿Qué tan negativo sería este cambio?
Las sanciones que se están planteando en el nuevo código penal no solo plantean una no despenalización del aborto en casos de violación sino que incrementa las penas. Por ejemplo, en nuestro código penal tenemos diferentes figuras en relación a la interrupción del embarazo. Está el auto-aborto, aborto consentido con penas de aproximadamente hasta tres años. Lo que se está proponiendo en el nuevo código es subir las penas hasta cinco años. La consecuencia de esto es que la pena sería efectiva. En el caso de aborto por violación sexual la pena era menor y no se podía hacer efectiva. El cambio que se está dando a trabajo comunitario haría que las mujeres que interrumpen su embarazo por esta causa trabajen gratis para el estado por penas de hasta 50 jornadas.
Sabemos que distintos colectivos que forman el movimiento feminista y que buscan reconocer los derechos de las mujeres tienen una postura a favor de la despenalización del aborto en casos de violación. ¿Y sobre el aborto en general?
Nosotras somos claras en señalar que estamos a favor de que las mujeres puedan tomar una decisión acerca de sus vidas y sus cuerpos. Tiene que quedar claro que el proyecto legislativo que se está discutiendo y que se archivó, es específicamente para los casos de aborto por violación. En ningún momento lo hemos negado, y sí, nos parece democrático y parte de la igualdad que las mujeres puedan decidir sobre sus propios cuerpos, puedan decidir sobre sus proyectos de vida sin que sea parte de la penalización por el código penal.
Si nos fijáramos solo en las cifras, la mayoría sí está en contra del aborto. ¿Es legítima una lucha que va en contra de los intereses de la mayoría?
Claro que es legítima. Es legítima porque estamos hablando de derechos. Así como las personas afro lucharon por sus derechos cuando todo el mundo estaba en contra, y hubo siglos de discriminación, de igual manera las mujeres luchan por sus derechos y en un inicio nadie estaba de acuerdo. Y ahora, se ha ido avanzando en materia de derechos, pero el campo de los derechos reproductivos de las mujeres es uno de los campos en los que menos se ha avanzado, justamente, porque es el kit del problema. Es el centro de la discusión. Es la autonomía sexual y reproductiva de las mujeres. Es romper con el status quo y romper con lo que se piensa que deben hacer las mujeres en su vida. [...] Los derechos de las mujeres no se consiguieron porque la mayoría estuviese de acuerdo.
¿Crees que la base para conseguir una igualdad de libertades entre hombres y mujeres es impartir una mayor educación y desarrollar valores cívicos?
Una de las grandes demandas en temas de derechos e igualdad es incorporar más al Ministerio de Educación, por ejemplo, para que jueguen un valor importante. No solamente en temas difusión de material educativo, sino en cambiar la curricular e incorporar temas de género e igualdad de prevención de violencia hacia las mujeres; en los cursos correspondientes que existan en el país. La mejor herramienta de prevención es la educación, efectivamente. La educación en derechos. La educación en igualdad. La educación de construir esa masculinidad agresora y de construir masculinidad en una idea de relaciones de pareja y de personas de forma democrática. De cuestionar la discriminación y hablar de derechos sexuales y reproductivos. Y romper los roles de la mujer como cuidadora y madre, y colocarla como lo que es: una ciudadana, una profesional si decide serlo.
Gracias a la participación ciudadana se han podido agenda distintos temas de los que me has comentado. ¿La iniciativa ciudadana también formaría parte de una base?
Si. Es importante que las personas sepan sus derechos y sepan los canales para exigir sus derechos, y los proyectos de participación ciudadana del tema que estamos hablando han sido muy importantes, pero tienen su proceso. Se siguen determinadas normas para poder lograr una iniciativa de esta naturaleza y meterla al Congreso de la República.
¿Qué otras cosas crees que se deben considerar para lograr una igualdad?
Cuestionar los patrones de discriminación. Primero, garantizando un Estado laico. Es la única manera de garantizar leyes independientes de las creencias religiosas de las personas. Apostando por una educación que se aleje de la discriminación y de los estereotipos de género. Aprobando normas que promuevan la igualdad; de esta manera el Estado da un mensaje en el que muestra que la igualdad es un derecho, no solo una situación. Y que la diferencia no sea producto de desigualdad.
Según tu opinión, ¿Son la actual constitución y los debates que se han venido llevando hasta la actualidad sobre derechos a la mujer suficientes para hablar de que ha habido un avance en cuanto a la libertad de la misma?
Hay un avance. Tampoco podemos decir que no. Y el hecho de que estemos aquí, que tengamos un lugar en la agenda pública, que podamos hoy debatir directamente desde las esferas de poder y podamos decir “oye tú estás mal”, el hecho que tú estés acá indagando por este tipo de temas y te interese demuestra que es un avance. Es innegable que antes ni siquiera existía en el vocabulario de nuestro ordenamiento legal ni el vocabulario social “violencia contra las mujeres”, “violación en el matrimonio”, “explotación sexual”, “acoso sexual callejero”, “feminicidio”… Muchos conceptos que han sido colocados por la lucha por los derechos de las mujeres y eso es un avance. 
Quizá falta concretar distintos aspectos...
Que si falta muchísimo por avanzar… falta un montón y en esa lucha andaremos, pero sin ese avance no podríamos estar en el lugar en que estamos.

Escrito por

Gianmarco Linares Hernández

-1995 -Estudiante de Periodismo -Haselism contacto: gianmarcolinaresh@gmail.com


Publicado en

Personas, personalidades

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